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ARGENTINA Y ESTADOS UNIDOS

Argentina y EE.UU. son dos países que parecen condenados a llevarse mal y que vienen de dos procesos históricos muy diferentes  con resultados finales cuantitativos y cualitativos notoriamente desiguales. El “antiyanquismo” que impregna la cultura nacional  no arranca con el nacionalismo que hace eclosión en las 3ra. y 4ta. décadas del siglo XX, sino que viene ya arrastrándose desde los tiempos de la vieja oligarquía de fines de siglo XIX.
            Este sentimiento ha pagado siempre buenos dividendos  en materia económica. Un episodio más de este amor-odio insensato ha ocurrido en estos días con el culebrón del avión y del ministro de Relaciones Exteriores y su operación  contrabando (¡!)
            Nos parece interesante recordar algunos datos históricos que puede ser útiles y contribuir a darnos un baño de realismo y de sentido común, que nos permita ubicarnos mejor en la realidad histórica  y actual del mundo en que vivimos, con el cual nos vinculamos conflictivamente, con los ojos cada vez más cerrados y el entendimiento cada vez más turbio.   

ESTADOS UNIDOS
Durante el siglo XVII se establecen las primeras colonias inglesas Nueva Inglaterra y la Costas Atlántica de América del Norte. No son soldados de fortuna, sino colonos y artesanos que van a establecerse, muchos de ellos buscando la libertad para practicar su religión no conformista e iniciar una nueva vida.
Entre los colonos, había numerosos artesanos que encontraron en el nuevo país las condiciones ideales para ejercer sus habilidades.
            Había abundancia de bosques y de energía hidráulicas que les permitía instalar nuevos aserraderos que podían aserrar siete veces más que uno a mano… Desde los inicios existieron fabricantes de muebles, de vidrio y de cerámica. Ya en 1699, una ley inglesa prohibía a las colonias vender en Inglaterra, lana, hilados de lana o tela. Otra ley en 1732 vetaba los sombreros. En 1750, se admitía la entrada en Inglaterra, de hierro en barras, pero prohibía las limas, los laminados, las pinzas y las cocinas de acero.
            Los productos de acero forjado no estaban prohibidos de modo que las colonias fabricaban pavas, sartenes, y utensilios de cocina en general… y también cañones.
            A mediados de siglo, (1750) los astilleros de nueva Inglaterra construían barcos a un costo entre 20 y 50% más baratos que los de Europa.
            La construcción de barcos había sido muy alentada desde 1640, y ya en 1676, la producción se había incrementado a 300-400 unidades por año. Para esa época, la tercera parte de la flota inglesa de 398.000 toneladas, la más grande del mundo, provenía de astilleros norteamericanos que producía 25.000 tn anuales.
            Las colonias habían desarrollado una enorme flota pesquera. Hacia 1675, 4.000 hombres y 600 barcos se dedicaban a esa actividad que abastecía el mercado interno y se exportaba. Esto favoreció a una próspera industria de fabricación de toneles y barriles de madera. La flota ballenera, era la más eficiente del mundo. Cuatro mil balleneros faenaban en 300 barcos balleneros.
            En el medio siglo transcurrido hasta 1759, la economía de las colonias americanas había crecido el 500 %. En el año 1700, representaba solamente el 5% de la economía inglesa, la más avanzada  de Europa. Hacia 1775 era equiparable a las dos quintas partes de la misma.

            Hasta que se desarrolló la industria algodonera, producir una libra (0.455 Kg) de hilo de algodón requería entre 12 y 14 días hombre, contra 6 que requería la seda, entre 2 y 5 el lino, y entre 1 y 2 la lana. Esto estimuló la invención mecánica. En la década de 1770 la aparición de las máquinas de hilar significó que, mientras en 1765 se habían hilado a mano en Inglaterra 227 toneladas de algodón, en 1784, el total hilado a máquina ascendió a 5.500 tn. A partir del año siguiente se incorporaron grandes motores a vapor a la industria textil.
            Hacia 1812, el costo de las prendas de algodón había caído un 90%. A comienzos de 1860 el precio de la tela de algodón era menor al 1% del que había sido en 1784… El resultado fue que cientos de millones de personas pudieron vestirse con ropas cómodas y limpias.
            En 1793 un norteamericano, Witney, inventó una desmotadora que permitía separar las semillas de algodón de las fibras, una invención brillante de una máquina sencilla y barata, fácil de mantener, que permitía incrementar la producción por día de un esclavo, 50 veces.
            Entre 1800 y 1810 las desmotadoras inventadas por Witney, convirtieron a EEUU en el principal proveedor de la industria manufactura inglesa en vertiginoso crecimiento.      En 1810 Inglaterra consumía 35.9 millones de kg de algodón en rama y el 48% provenía del sur de las EEUU. Veinte años después, las importaciones alcanzaron a 112 .5 millones de kg de los cuales, el 92% provenían de EEUU.
            El genio de Witney, comprendió que para producir maquinarias y productos en gran escala y bajo precio, era necesario que las máquinas tuvieran partes reemplazables y cierto grado de estandarización y uniformidad. Llamaba a esto “El sistema norteamericano”.
            Ya en 1835, un industrial y político ingles advertía que la maquinaria norteamericana era muy superior a cualquiera que existiera en Inglaterra, en cuanto a ahorro de mano de obra.
            En 1850, los expertos ingleses se maravillaban de encontrar en EEUU , productos estandarizados producidos masivamente por métodos mecanizados, entre ellos puertas, muebles, diferentes artículos de madera , botas, zapatos, arados, segadoras mecánicas, tornillos para madera, limas, clavos, cerrojos, relojes, armas, tuercas, pestillos, en fin, una lista interminable.

            Tomas Jefferson había descubierto el principio básico de la agricultura norteamericana “se debía emplear mano de obra intensiva”. El primer arado de hierro fue patentado en 1797 y fue rápidamente mejorado en una segunda patente. Este, era un arado metálico desmontable, cuyas partes se ensamblaban y podían ser reemplazadas cuando se rompían.
            Hacia l830, todos los granjeros poseían arados metálicos. Para esa fecha, dos fábricas de Pittsburg producían 34.000 arados por año. En 1845, sólo en Massachusetts, 73 firmas producían 61.334 arados. En 1855, la producción había aumentado a 152.688 unidades. En 1850 los granjeros “inventores” lograron adosar un separador a una trilladora, lo que permitía realizar todo el proceso de la cosecha en una sola operación.
            En la década de 1830 comenzaron a usarse máquinas sembradoras de trigo y una década después, para maíz.
            Hubo otros inventos norteamericanos importantes, como la primera máquina de coser o el proceso Bessemer en 1851 para descarbonatar el metal fundido mediante una inyección de aire.

            Siempre existió, entre los norteamericanos, una especie de obsesión por superar las distancias  y por los medios de comunicación y de transporte. Si algo hizo grande a los EEUU antes de la irrupción del ferrocarril, fue la navegación fluvial.
            En 1807, Fulton comenzó a incorporar el vapor como fuerza motriz para el transporte fluvial. En 1811 construyó un astillero en Pittsburg y botó el “New Orleáns”, el primer barco a vapor que navegó por el rio Ohio.
            En 1815, llevó un barco a vapor por el rio Mississippi desde New Orleáns a Louisville, en 25 días. En su mejor momento la flota que navegaba por el rio Mississippi llegó a utilizar 6.000 barcos.
Nota: La delegación diplomática de EEUU que visitó nuestro país en 1817, tuvo dificultades para poder viajar de Montevideo a Buenos Aires, logrando hacerlo finalmente en un misérrimo barco fabricado en Paraguay,  arribando a la rada transbordarndo a una embarcación menor y finalmente a  una carreta como era normal para llegar a la costa.

            El 4 de julio de 1828, se inauguraron las obras de la primera línea del ferrocarril Baltimore- Ohio, y se habilitaron los primeros 20 km en 1830. En 1833  la línea Charleston-Hamburg, con 217 kms, se convirtió en la más larga del mundo. La primera locomotora construida en los EEUU recorría ese tramo a 50 km por hora sin carga y a 35 km por hora con cuatro vagones cargados.
            Aparte de los ferrocarriles, entre 1830 y 1860, el transporte y las comunicaciones incluían un complejo sistema de diligencias, expresos y telégrafos. En 1849 circulaba un tráfico de diligencias entre Independence (Missouri) y Santa Fe) ese mismo año, una vez al mes corría una diligencia correo que llegaba desde Santa Fe a Salk Lake City. En 1868, un servicio de correo entre Memphis y San Louis y California, corría dos veces por semana con paradas en Preston, El Paso, Yuma y llegaba al Pacífico en un viaje de 25 días.
            En 1860 la Pony Express, mediante jinetes que mudaban caballos en postas transportaban correspondencia desde Missouri hasta Sacramento California en 10 días.
            En 1832, Samuel Morse concibió la idea de un telégrafo eléctrico y lo construyó en 1837. En 1845 se organizó la Western Union Telegraph y la asociación del telégrafo con el ferrocarril revolucionó el sistema de comunicaciones. Hacia 1840, ya había casi 50.000 kms de vías, mientras que en toda Europa no había más que 3000 kilómetros la mayoría de ellos en Inglaterra. En 1850, ya había 140000 km en 1860 48.000 km en 1870, 84.800 km en 1890, 262.000 y en 1916 la red alcanzó a 406.400 km.
            En 1916 empleaban más de un millón de personas y en 1920 llegaban a emplear 2 millones 76.000

El caso Chicago
            En 1830, era apenas una fortificación rodeada de algunas granjas con una población de 200 personas. En 1848 era un importante puerto equipado con instalaciones que permitían el acceso de los barcos fluviales más grandes del mundo y todos los días llegaban a la ciudad cien trenes en 11 líneas ferroviarias diferentes. En 1887 su población llegaba poco más o menos, a 800.000 habitantes.

La Guerra Civil
            En 1860, once estados esclavistas declararon la secesión y armaron la Confederación. Tenían una población blanca de 5.449.467 habitantes y 3.521.111 esclavos negros. Casi un millón de  varones blancos prestaron servicios en la guerra y las fuerzas confederadas sufrieron 300.000 bajas en la misma.
            Los 19 estados de la Unión tenían una población de 18.936.579 habitantes y los cuatro estados fronterizos 2.589.533 habitantes a los que había que sumar 429.401 negros, 100.000 de los cuales prestaron servicios en  el ejército de la Unión de 1.600.000 hombres.
            Durante la guerra civil llegaron casi un millón de inmigrantes a la Unión de los cuales, 400.000 sirvieron en el ejército, en él que algunos de sus mejores soldados, fueron alemanes, escandinavos e irlandeses.
            Durante la guerra civil se produjo el primer combate naval de dos navíos acorazados. El “Monitor”, un acorazado con un solo cañón montado en una torreta giratoria y la “Merrimac”, una fragata confederada con su casco blindado. En abril de 1865 concluyó la guerra civil. Se habían movilizado 2.600.000 hombres.

            La población de EEUU había crecido a un ritmo desconocido hasta entonces en el mundo:
 
            Desde 1815 hasta 1860, llegaron más de 5.000.000 de inmigrantes, 50% ingleses y el 40% desde Irlanda y Europa continental. Entre 1865 y 1890, llegaron otros 10 millones provenientes de Inglaterra, Gales, Irlanda, Alemania y Escandinavia. Entre 1890 y 1914 llegaron otros 15 millones.           
EEUU crecía y progresaba. Ese parecía ser su destino manifiesto.
            En 1870, por ejemplo, dos granjeros de Illinois, patentaron el alambre de púas. En 1874, su costo era de 20 dólares las 100 libras ( 45,4 Kg.) y la producción total 10.000 libras. Seis años después la producción había aumentado a 80.500.000 libras y su precio en 1967 había bajado a 1.90 dólares.
            Para entonces se había terminado la época de oro de los cowboys. La década de 1870 se había caracterizado por los arreos de grandes tropas que eran conducidas por 6.000 kilómetros desde Texas al norte. La posibilidad de cercar los campos y el ferrocarril trajeron cambios profundos en la ganadería y también en la agricultura.
            La inventiva que distinguió a la agricultura, permitió incorporar nueva maquinaria. Por ejemplo, cosechadoras y agavilladoras de alambre, en 1878. En 1880 se comenzó a utilizar grandes combinadas que segaban, trillaban, limpiaban y embolsaban en una sola operación, tiradas por una veintena de caballos, luego reemplazados por tractores de vapor y posteriormente de gasolina.
            En 1880, aparecieron sembradoras que abonaban y fertilizaban al mismo tiempo, sembradoras Lister, gradas regulables etc... Entre 1890 y 1930, la inversión en maquinaria se quintuplicó y la producción aumentó un 400%.

El país industrial
            La Guerra de Secesión dio un gran impulso a la industria, y EEUU se convirtió en un país autosuficiente. Entre 1859 y 1914, la producción de bienes manufacturados aumentó 18 veces y hacia 1919, estimulada por la primera Guerra Mundial 33 veces.
            En 1840, EEUU ocupaba el quinto lugar entre los países industrializados. En 1860, el cuarto y en 1894 el primero. Por entonces, ya producía el doble que Inglaterra y la mitad que toda la producción europea.
            Según Paul Johnson, las razones que explican la performance extraordinaria de la industria norteamericana, son:
1-      El país contaba con leyes de patentes que estimulaban y premiaban la inventiva.
2-      La escases y el alto costo de la mano de obra, estimulo la eficiencia y la competitividad.
3-      El sistema promovía la estandarización de la maquinaria y de sus repuestos.
4-      Abundancia, variedad y disponibilidad de sus fuentes de energía.
5-      El extraordinario éxito de su agricultura fue uno de los factores dinámicos de su industrialización.
            Ya en 1860, la producción de harina de trigo y de maíz, era el apartado industrial más importante, que luego fue desplazado por los mataderos y conserveros que permanecieron en primer lugar hasta 1914. El ascenso al primer lugar en el mundo de la industria de EEUU se debió a su agricultura.
            La economía americana tenía la ventaja de tener un inmenso mercado común, su mercado interno, libre por mandato constitucional, y, al mismo tiempo, una economía proteccionista con respecto a los mercados externos.
            "En comparación con Europa, los EEUU eran un paraíso. Su ejército era cincuenta veces más pequeño que el de Prusia. El gasto per cápita de su gobierno, equivalía al 10% del de Inglaterra, que comparada con el resto de Europa tenía un Estado pequeño. No había diezmos porque no había iglesia oficial. No había contribuciones para subsidiar la pobreza, porque no había pobres. Existía abundancia de tierras accesibles y había abundancia de comida. Loa incentivos para atraer inmigración europea eran poderosos”. (3)
            En los primeros descendientes americanos de los ingleses, la estatura era cinco centímetros mayor que la de sus "primos" de Europa, debido a la calidad de la comida y a la abundancia de proteínas.

ARGENTINA
            Desde el norte y desde Chile se fundan ciudades en el actual territorio argentino, que debían asegurar las comunicaciones del Alto Perú con Santiago de Chile y con el Río de la Plata, en medio de un territorio semidesierto ocupado por indios hostiles.
            Primero se fundó Santiago del Estero en 1553. Desde Chile se fundan Mendoza en 1561, San Juan de la Frontera en 1562. En 1565, San Miguel del Tucumán, Córdoba de la Nueva Andalucía en 1573. Desde Asunción, Santa Fe en 1573 y Buenos Ayres por segunda vez en1580. San Felipe de Salta en 1591 y Jujuy en 1593. San Luis Loyola de la Nueva Medina del Río Seco de la Punta de los Venados en 1594.
            Este rosario de pequeñas ciudades mantenían abiertas las comunicaciones y en particular, ese estrecho corredor que aseguraba la salida del Alto Perú en un viaje que demandaba 60 días, la mitad de tiempo que el que requería a Lima.
            El territorio conquistado al desierto y a los aborígenes, se amplía muy lentamente, siempre sometido a su presión y su belicosidad desde la planicie chaqueña y desde las pampas.
            En 1635, como no se conseguía mano de obra aborigen, el Cabildo de Buenos Aires autorizó la introducción de 700 esclavos negros. A partir de entonces se establece un activo comercio de esclavos, para Buenos Aires y las ciudades del interior, donde su número termina siendo importante en relación a la población, y dedicada a diferentes servicios y artesanías.
            En 1776, se funda el Virreinato del Río de la Plata con sede en Buenos Aires y al que se incorporaba Mendoza, San Juan y San Luis, hasta entonces dependientes de la Capitanía  General de Chile.
            Como consecuencia de su desvinculación de la corona española, en los territorios del ex virreinato se organizan cinco estados sucesores independientes: Bolivia, Paraguay, Uruguay, la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires. Después de la batalla de  Pavón y de la reforma de la Constitución de 1853, se unifican los dos últimos y se constituye definitivamente la República Argentina, cuya unión nacional se consolida definitivamente en 1880, cuando se federaliza la Ciudad de Buenos Aires como capital de la República.
            Como consecuencia de la Campaña del Desierto, se incorporan los territorios semidesiertos bajo el dominio aborigen, que se integran como Territorios Nacionales dependientes del Gobierno Central: La Pampa Central, Neuquén, Río Negro, Chubut, Misiones, Santa Cruz, Chaco y Formosa y, finalmente, Tierra del Fuego, en la mitad de la isla compartida con Chile. Argentina duplica su territorio efectivamente ocupado hasta entonces y comienza la etapa de inmigración masiva, el poblamiento y un crecimiento notable. Europa aporta población, capitales y tecnología, en particular Inglaterra, convertida en el principal socio económico de la nueva República.
            En la década de 1810, la población del desaparecido Virreinato era la siguiente:




                El actual territorio de la República Argentina, estaba ocupado por algo menos de 500.000 habitantes y el resto desierto u ocupado por indios hostiles, no sometidos, a diferencia del Alto Perú.
            La población de Tucumán  y su vecindad se calculaba en alrededor de 20.000 habitantes y la Provincia en 60.000. Su principal fuente de riqueza, eran sus buenos pastos, donde invernaba mulas y equinos provenientes del sur, antes de ser arreadas para el Alto Perú.
            Tucumán era descripta como "ciudad pequeña y agradable, rodeada de arboledas de limoneros, naranjos, higueras y granados". Fabricaban carretas y algunas manufacturas de madera y cuero.
            La población de Córdoba ciudad se calculaba en 6.000 habitantes  y de la Provincia en 75.000. "Su suelo produce algodón, grano y gran variedad de frutas... Produce gran cantidad de mulas para el Alto Perú. Sus habitantes son industriosos y fabrican telas de lana y algodón bastos."
            Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, son eslabones de una cadena que une Buenos Aires con Alto Perú. Han suministrado víveres, ganado, mulas y caballos al país minero que producía la mayor riqueza para el virreinato.
            "Mendoza, capital de Cuyo está rodeada por campos bien cultivados. Hasta la creación del virreinato, dependía de la Capitanía de Chile. Produce uvas, pasas, vino y aguardiente. Su actividad más lucrativa es participar del comercio entre Chile y Buenos Aires”. (1)
            Hasta 1880, Argentina no había logrado superar sus problemas internos y sus conflictos regionales y bélicos, que la habían mantenido como región poco poblada y marginal aún dentro del ex imperio español.
            La constitución definitiva del nuevo estado y su consolidación, coincide con la integración del país, el afianzamiento del poder presidencial y la creación de fuerzas armadas organizadas y profesionalizadas y una etapa de la economía mundial que le brinda una oportunidad histórica al nuevo estado nacional. En pocos años, Argentina se proyectará muy por arriba del resto de los países de América Latina, con un proceso de desarrollo notable y destacado en el mundo.
            Argentina aprovechó muy bien esas circunstancias internacionales extraordinariamente favorables, pero cuando esas circunstancias se convirtieron en desfavorables, demostró también una notable incapacidad para afrontarlas. Cuando Argentina cambió su suerte, apareció el populismo nacionalista, que no sólo no pudo aportar soluciones, sino que, por el contrario, creó voluntariamente condiciones peores y más desfavorables para encontrarlas.
            J.J. Sebreli explica el proceso, "La clase económicamente dominante, que había sabido aprovechar las ventajas, careció en cambio de habilidad para enfrentar las desventajas... El rápido enriquecimiento había creado un optimismo megalómano, un sentimiento de omnipotencia que obstaculizó la aceptación de las nuevas condiciones adversas."
            "En cuanto a la dependencia del mercado inglés, no había demasiadas alternativas para una región periférica, apartada de los centros de consumo, con escasa población como para bastarse con su mercado interno, sin capitales locales suficientes y una brecha tecnológica insalvable respecto del pujante capitalismo europeo”.
            “Las opciones ofrecidas retrospectivamente por los nacionalistas se reducían al folklorismo nostálgicos de las artesanías domésticas norteñas y las viejas tejedoras de los patios provinciales compitiendo con las fábricas textiles inglesas o la utopía reaccionaria del Paraguay autártico y autoritario del doctor Gaspar Francia".
            "Un profeta en el desierto, Pinedo, advirtió sobre los peligros del delirio de grandezas argentino y de su consiguiente tendencia  al aislamiento, en un texto que fue asombrosamente premonitorio. Decía: "no podemos pensar en aislarnos en nuestra infinita pequeñez (...) somos infinitamente chicos y nuestro aislamiento, ensimismados en la ilusión de nuestra supuesta grandeza y poderío, no puede traernos sino enormes inconvenientes y grandes peligros actuales y futuros."
            "Estas predicciones se cumplieron, mientras los argentinos seguían empeñándose en fantásticos sueños de gran potencia, el país se fue degradando, encerrado en sí mismo, girando en el vacío, al margen del mundo y de la Historia".
            Como contrapartida a este realismo sin anestesia de Sebreli, resulta interesante releer la proclama de los oficiales nacionalistas pro nazis del GOU poco antes del golpe de 1943.
            Estos oficiales del Ejército con simpatías históricas hacia Alemania, que devinieron en simpatía hacia el nacionalsocialismo, irrumpen con el golpe en 1943, que deja como herencia política al peronismo y a su fundador e integrante. La desmesura insustancial y delirante queda evidenciada en la proclama del GOU.
            "Conquistado el poder nuestra misión será ser fuertes, más fuertes que todos los otros países unidos. Habrá que armarse, armarse siempre, venciendo dificultades, luchando contra las circunstancias interiores o exteriores. La lucha de Hitler en la paz y en la guerra nos servirá de guía.
Las alianzas serán el primer paso. Tenemos ya al Paraguay, tendremos a Bolivia y Chile, fácil nos será presionar al Uruguay. Luego las cinco naciones unidas atraerán fácilmente al Brasil, debido a su forma de gobierno y a los grandes núcleos de alemanes. Caído el Brasil, el continente sudamericano será nuestro. Nuestra tutoría será un hecho, un hecho grandioso, sin precedentes, realizado por el genio y el heroísmo del Ejército Argentino”.
            “Mirajes, utopía se dirá. Sin embargo, dirigimos de nuevo nuestras miradas hacia Alemania. Vencida, se la hace firmar en 1919 el tratado de Versalles que la mantendrían bajo el yugo aliado en calidad de potencia de segundo orden lo menos, por cincuenta años”.
            “En menos de veinte años recorrió un fantástico camino. Antes de 1939 estaba armada como ninguna otra nación y en plena paz había anexado a Austria y Checoeslovaquia. Luego en la guerra, se plegó a su voluntad la Europa entera”.
            “Pero no fue sin duro sacrificio. Fue necesaria una dictadura férrea para imponer al pueblo los renunciamientos necesarios al formidable programa”.
            “Así será la Argentina. Nuestro gobierno será una dictadura inflexible, aunque al comienza hará las concesiones necesarias para afianzarse sólidamente”.
            "Al pueblo se lo atraerá, pero fatalmente tendrá que trabajar, privarse y obedecer...Trabajar más y privarse más que cualquier otro pueblo. Sólo así se podrá llevar a cabo el programa de armamento indispensable para la conquista del continente. Al ejemplo de Alemania: por la radio, por el libro, por la Iglesia y la educación se inculcará al pueblo el espíritu favorable para comprender el camino heroico que se le hará recorrer. Sólo así se llegará a renunciar a la vida cómoda que ahora lleva”.
            "Nuestra generación será una generación sacrificada, en aras de un bien más alto: la patria argentina, que más tarde brillará con la luz inigualable para mayor bien del continente y de la humanidad entera".
            Sin dudas que esta es una expresión extrema de un sentimiento que, en menor grado, estaba arraigado en buena parte de la sociedad argentina y de su clase dirigente... Ser anti yanqui era algo más que una moda. El golpe del 43, germanófilo y con claras simpatías nazis terminó con una campaña política triunfante con el slogan " Braden o Perón".
            El voluntarismo mágico insensato, expresado en la proclama ha sido y es pagado muy caro por la Argentina, no sólo por la desconfianza generada, sino por la natural devolución de atenciones, del "enemigo designado". Argentina eligió la debilidad de un patrioterismo declamativo y fútil, al esfuerzo creativo del desarrollo nacional.
            Al plantearse un objetivo inalcanzable, renunciaba al esfuerza sostenido en la búsqueda de metas razonables y posibles, condenándose innecesariamente a la frustración y a las teorías conspirativas para justificarla.


Fuentes:
BRACKENRIDGE - "Viaje a América del Sur". (1)
DE MARCO, M.A. - "La guerra de la frontera".
JOHNSON, Paul - "Estados Unidos". (3)
ROMERO, J.L. -  "Las ideas políticas en Argentina".
SEBRELI, J.J. - "Críticas de las ideas políticas argentinas"